Cada día, con las primeras luces del alba, Fernando Sancho escribe su post para dar su visión más personal, a veces con humor y otras con acidez, sobre la actualidad política y económica o los asuntos que le llaman la atención. Mientras consume café tras café, desfilan por sus matinales entregas desde Sánchez a Torra, pasando por Rajoy o Donald (el pato no, el otro), en un espacio convertido ya en algo parecido a un diario esperado y comentado con fruición por sus amigos y seguidores en las redes. Junto a cada comentario,
la portada correspondiente de El País sitúa al lector en el momento en que Sancho escribió esas líneas.