La crisis económica se ha cebado en los trabajadores, y cada vez se oye hablar más de la necesidad del retorno de la lucha de clases. ¿Pero estamos seguros de que esta había desaparecido? Porque la lucha de clases no es sólo un conflicto entre la clase propietaria y los trabajadores que dependen de ella. También lo es "la explotación de una nación por otra", como denunció Marx, y "la opresión de la mujer por el macho", como escribió Engels. Así pues, estamos en presencia de tres diferentes formas de lucha de clases, dirigidas a cambiar radicalmente la división del trabajo y las relaciones de explotación y opresión que existen a nivel internacional, o en un solo país, o en el seno de la familia.
Dados los acontecimientos que marcaron el paso del siglo XX al siglo XXI, la teoría de la lucha de clases es hoy más necesaria que nunca, a condición de que no derive en un populismo fácil que lo reduzca todo a un choque entre "humildes" y "poderosos", haciendo caso omiso de la multiplicidad de las formas del conflicto social.
Domenico Losurdo (Sannicandro di Bari, 1941) enseña Historia de la Filosofía en la Università degli Studi di Urbino. Entre sus últimos libros se encuentran, traducidos al español: El lenguaje del imperio: léxico de la ideología americana; Autocensura y compromiso en el pensamiento político de Kant; La cultura de la no violencia: una historia alejada del mito; Hegel y la catástrofe alemana; y, en El Viejo Topo, Contrahistoria del liberalismo y Stalin: historia y crítica de una leyenda negra.