Plumas, huellas, excrementos, egagrópilas, huesos, cubiles, sendas… una gran colección de indicios de todo tipo cuajan este libro en el que se trata de un modo u otro algún vestigio que implica a más de 350 especies animales diferentes.
Desde las huellas que produce una rana al alterar el fondo de un charco cuando nada, o la marca que produce la rádula de un caracol que forrajea sobre las algas que crecen en un plato; hasta la marca que produce la grasa que impregna el pelo de un ratón que indica el lugar por donde pasa al dirigirse a su cubil, la cantidad y variedad de indicios mostrados es abrumadora.
Muy breves relatos sobre cada especie con algún apunte curioso, una ilustración que acompaña al nombre de la misma y que ayuda a aquellas personas que no son grandes conocedoras de los habitantes de nuestros diferentes parajes naturales, complementan este catálogo.
Todos los dibujos han sido realizados por el autor, así como la totalidad de las fotografías que ilustran este libro para cuya confección han sido imprescindibles las colecciones del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza.