Viernes 17 de julio. A Zaragoza llega la noticia de un golpe militar gestado en África que amenaza con extenderse por todo el país. Las miradas se clavan en la plaza de Aragón: en una esquina se asienta el poder militar, el edificio de Capitanía, con el viejo general Miguel Cabanellas a la cabeza; enfrente, el poder civil, con un gobernador, Ángel Vera, que se atiene a las órdenes desde Madrid y se niega a repartir armas a los defensores de la República. En las calles, los fascistas toman posiciones. Son horas decisivas. La incertidumbre es mortal. Si no se actúa con rapidez, el golpe de estado triunfará.
18 de julio, del escritor e historiador Pedro Ciria, es la primera novela que explica con minucioso detalle y notable tensión las dramáticas treinta y seis horas que convirtieron a una ciudad tranquila como Zaragoza en un polvorín. Y en el ojo de la tormenta, un joven periodista de El Noticiero y una estudiante de Medicina van a desempeñar un arriesgado papel.