Tierra abierta y diversa, en Aragón hay muchos lugares imprescindibles, otros obligados, y algunos singulares; pero hay rincones que sencillamente son ¡sorprendentes! Y con una ventaja añadida: la cercanía entre uno y otro permite pisar de un día para otro un ibón de montaña a disfrutar de las estepas del desierto. En estas páginas el lector descubrirá una selección de una treintena de esos rincones sorprendentes. Desde subir a una montaña y dejarnos sorprender por la panorámica a dejarnos atrapar por lo que descubrimos por el camino: un árbol protegido, un pequeño rincón, un antiguo pozo de hielo, una fuente, una cascada o un refrescante barranco, foces y formaciones geológicas, desiertos… será una experiencia distinta cada vez. Son paisajes que nosotros descubrimos hoy, pero que ya fascinaron a los antiguos pobladores. Tras su visita guardaremos para siempre la experiencia de haberlos conocido, admirado y disfrutado.