Se atribuye a Sócrates la bella definición de la filosofía como «la mayor de las músicas». Esto, que podría parecer un exceso, recuerda que ambas disciplinas comparten el mismo referente: lo bello.
En el caso de la música, esta afirmación se justifica casi intuitivamente. Pero en el de la filosofía hay que razonar que lo bello, en cuanto idea, remite a «lo que brilla con suma claridad», elevando el alma al conocimiento de las ideas universales.
El problema es que existen al menos dos formas distintas de entender la filosofía de la música: una basada en la razón teórica y otra en la mera experiencia musical. Sin embargo, ambas concepciones pasan por alto que la música es un arte que, además de tener en cuenta la razón teórica y la razón práctica, debe tener en cuenta la razón estética.
El presente libro parte de esta tercera forma de razón y profundiza en ella, intentando establecer una ontología de la música desde la estética. Para tal fin, explora la autonomía del sonido, que trata de liberarse de las reglas impuestas por la naturaleza o por la sociedad, para regularse internamente. El objetivo último consiste en presentar y describir el sonido musical en su ser particular, es decir, en cuanto arte.
Gunnar Hindrichs (1971) es profesor de filosofía en la Universidad de Basilea (Suiza) y teórico de la música.