Desde tiempo inmemorial el eterno dilema de la identidad ha interesado a la crítica y, en consecuencia, ha dado origen a numerosos estudios sobre diversas manifestaciones artísticas, desde muy diferentes posicionamientos. La Imagología, nacida en el seno del comparatismo, emparentada con la tematología y la mitocrítica, ha ido abriéndose camino como disciplina analítica independiente, cercana a los estudios culturales y postcoloniales. A pesar de esos virajes, sigue manteniendo su principal postulado, que la propia identidad se construye y no puede entenderse si no es en relación con el Otro.Ambas entidades se influyen y se modulan recíprocamente. En un mundo marcado por la globalización, en el que resulta imprescindible el entendimiento de las relaciones interpersonales, tanto a nivel individual como colectivo, la Imagología supone un medio privilegiado para desentrañar cómo estas relaciones se patentizan en las expresiones artísticas.