El evangelio no exige a los seguidores de Jesús la
madurez, sino la santidad, que es algo bien distinto. De
hecho, no pocos de los santos de ayer y de hoy han tenido
una psicología «particular», lo cual no les ha impedido
avanzar en el camino de la perfección evangélica.
El verdadero creyente asume, además, que en las múltiples
dimensiones de lo vivido siempre permanecerá un
resto misterioso y aparentemente contradictorio.
En este libro se intenta armonizar la perspectiva psicológica
y la espiritual a partir de diez experiencias vitales
significativas; así, la «ansiedad», la «soledad» o la «tentación
», la «oración» y la «belleza», la «visión» y la «pertenencia
» iluminan nuestra experiencia de inmadurez.
La imagen que se obtiene de la vocación es consoladora,
aunque sin negar en absoluto la responsabilidad
y el esfuerzo que requiere la misión apostólica, siempre
bajo el signo permanente de la gracia.
Stefano Guarinelli (Milán 1960) es sacerdote de la diócesis
de Milán y psicólogo con una larga experiencia de
acompañamiento personal