El cine fantástico y de terror español goza de una larga tradición, intermitente en cuanto a popularidad, pero sólida a la hora de forjar un imaginario y unos hitos propios que lo distingan de otras cinematografías. Dentro de los muchos personajes, mitos y arquetipos acuñados por este cine, el zombi se erige como uno de los monstruos que más veces ha sido reformulado y cuyas películas más impacto internacional han obtenido. Desde Gritos en la noche (Jesús Franco, 1962) hasta Rec (Jaume Balagueró, Paco Plaza, 2007), pasando por los templarios ciegos de Amando de Ossorio en su emblemática tetralogía o por verdaderos puntos de inflexión en el subgénero de todo el mundo como No profanar el sueño de los muertos (Jorge Grau, 1974), el cine español de zombis cuenta con una historia que abarca casi seis décadas y que no había sido contada en profundidad hasta ahora. En La orgía de los muertos. Historia del cine de zombis español el escritor, guionista y profesor universitario Rubén Sánchez Trigos examina cada uno de los contextos socio-culturales en que tienen lugar los periodos en que se divide (las relaciones entre el cine de Jesús Franco y el horror exploitation europeo en los 60, las singularidades industriales que condicionan la representación multi-referencial del personaje en la eclosión del llamado fantaterror en la década siguiente, la nueva y mucho más naturalizada relación que mantiene la cultura española con lo fantástico en este nuevo siglo) para después analizar minuciosamente cada una de las películas producidas a lo largo de este tiempo en busca de aquellos aspectos que singularizan el cine español de zombis del producido en otros países.