Uno de los textos más personales del Premio Nobel alemán.
Ideado como un diario de la campaña electoral que realizó en 1969 a favor de la candidatura de Willy Brandt, trasciende por su complejidad la mera anécdota política, para instalarse entre el ensayo y la prosa poética.
En 1969, Günter Grass participa en la campaña electoral a favor del Partido Socialista de Alemania y, muy especialmente, de su amigo Willy Brandt. El diario de su gira le sirve luego para escribir un libro en el que las fronteras entre narrativa, política y autobiografía se confunden.
El autor se dirige a sus cuatro hijos -y, así, a las nuevas generaciones alemanas- para hablarles de la democracia y de los horrores del Tercer Reich. Y crea una historia: la del profesor de instituto Hermann Ott, llamado «Zweifel» (duda), que apoyó a los judíos de Dánzig durante su persecución y expulsión.
Para Grass, el riesgo está siempre en los extremos. El simbolismo político del caracol resulta claro: en la historia del progreso no hay saltos sino un lento deslizarse hacia adelante, y desde esa idea lucha contra quien pretenden sobrepasarlo por la izquierda o la derecha.
«Sólo quien se ha sentado en una vacía concha de caracol y ha vivido en el lado de sombra de la Utopía puede medir el progreso.»