Para John Steinbeck, la canción Lili Marleen pudo haber sido "la única contribución de los nazis al mundo". No obstante, esta canción de guerra que no habla del anhelo de victoria, sino del amor y la muerte, derivó en un fenómeno de masas que ni siquiera la propaganda nazi supo controlar. Nació en la Primera Guerra Mundial; un compositor nazi le puso música y una alemana enamorada de un judío le aportó su voz y la fama. Emitida todas las noches poco antes de las diez, Lili Marleen unió y dio esperanzas a acongojados de toda Europa. Este ensayo esboza la sorprendente historia de esta canción inmortal.