La deliberada desinformación sobre el TTIP, el secretismo y la falta de transparencia con que se están llevando a cabo las negociaciones por parte de las agencias gubernamentales, así como las consecuencias profundas que un tratado de tal envergadura suponen para nuestra sociedad, nuestra economía y nuestra soberanía -por no mencionar la falta de un análisis crítico por parte de la oficialidad negociadora-, hacen imprescindible un estudio a fondo de dicho tratado. Semejante análisis debe partir de un marco que tome en cuenta la globalización, el mundo y la sociedad actual, así como las políticas neoliberales que se nos imponen, para poder desvelar qué es en realidad el TTIP: una fase más del ciclo económico capitalista que lo tritura todo -derechos humanos, laborales y sociales; el medioambiente- en pos del beneficio.
En el progreso del capitalismo, las instituciones y los aparatos políticos deben verse como agentes a su servicio: el papel que las instituciones europeas y norteamericanas desempeñan está subordinado a las necesidades de las empresas transnacionales, y la propia construcción europea obedece, a todas luces, a la implantación de acuerdos comerciales en beneficio de unos determinados intereses de clase. Por este motivo, el TTIP debe servirnos para rescatar del olvido herramientas teóricas del movimiento obrero, generar conciencia de clase y articular un movimiento internacional que se oponga al nuevo ciclo político y económico capitalista en que estamos inmersos.