Incorpora una perspectiva del control centrada no sólo en los aspectos financieros sino en una perspectiva global.
Ante los cambios que se están produciendo en la actualidad es necesario tener una nueva perspectiva del control de gestión menos financiera y más amplia del entorno social. Para ello es imprescindible crear una atmósfera colaborativa y de confianza que permita un mayor compromiso de las personas de la organización así como contribuir a lograr unos mejores resultados para la compañía y la sociedad. También es imprescindible desarrollar una actitud proactiva y a largo plazo, orientada a la sostenibilidad y a tomar decisiones en entornos de alta incertidumbre, y es cada vez más conveniente incorporar también una concepción del control más cualitativa y menos financiera con indicadores intangibles, intuitivos, no financieros y a corto y, especialmente, a largo plazo que sean capaces de capturar una mayor información de la realidad de la empresa y de la sociedad, y que fomente la responsabilidad social corporativa y el branding emocional.