Los Mundiales de Fútbol se han convertido hoy en el primer fenómeno
de masas de nuestro tiempo. Tienen lugar cada cuatro años
y vamos a por la vigésima edición. Las internacionales obreras no alcanzan
esa cifra ni de lejos. Los concilios, que se celebran desde el
siglo IV, sí, aunque por poco. Los Juegos Olímpicos también, pero envidian
la popularidad de los Mundiales de Fútbol, que de alguna manera
nacieron de ellos. La Copa Mundial de la FIFA, su nombre oficial
en la actualidad, nos ha traído nuevos héroes ya mitológicos: Pelé,
Beckenbauer, Maradona, Ronaldo...
El primer Mundial celebrado en Uruguay, en medio de la crisis
económica que siguió al crack de la bolsa de Nueva York, no tuvo
mucho eco. Solo participaron trece equipos sin necesidad de fase
previa de clasificación. En el próximo que se jugará en Brasil, en
medio de otra crisis no menos dura que la del 29, jugarán treinta y
dos conjuntos. Se calcula que el número de espectadores que lo seguirán
rebasará con creces los mil millones.
En este libro se encuentran todos los datos de las confrontaciones
realizadas hasta hoy, según el riguroso orden cronológico de la
competición. Al final de cada uno de los capítulos, que se corresponden
con cada una de las ediciones de la Copa del Mundo, M. Á.
Mateo y J. A. Bueno -autores ya de una exhaustiva y universal Historia
del Fútbol- han destacado un dream team y un quinteto de
jugadores. Pretender que cualquier aficionado se muestre de
acuerdo con su selección no solo es un imposible, peor aún, sería un
aburrimiento. Una de las gracias del fútbol reside en la polémica.
¿Que sería del fútbol sin ella?