Cada día más gente utiliza la bicicleta, tanto como práctica deportiva, o recreativa, como
para desplazarse diariamente; pero para que constituya una auténtica diversión alejada
de molestias musculares, la máquina debe estar ajustada de una forma muy precisa a cada
individuo. Hay que tener en cuenta que, lo mismo que ocurre con el carácter, la anatomía
de las personas es también singular.
Unos tienen las extremidades más cortas que otros, una columna vertebral más o menos
flexible, o una anchura de hombros y caderas diferente, además de otras muchas características
anatómicas con su multiplicidad de posibles combinaciones.
La posición correcta sobre la bicicleta muestra el modo de seleccionar el tamaño del
cuadro, el manillar, la potencia, la posición del sillín y las bielas adecuados a cada persona;
porque cuanto más precisa sea la sintonización de la bicicleta al cuerpo, más se convertirá
en realidad práctica el rendimiento del ciclista.