«Lo fugitivo permanece y dura» escribió, para siempre, Quevedo. Rafael Barrett constituye el mejor ejemplo de ello. Toda su obra se publicó en la prensa a comienzos del siglo xx, al hilo de la actualidad y de su intensa labor de activista político y reformador social, pero no ha perdido nada de su verdad ni de su intensidad. Estos escritos de crítica literaria son algo más que crítica literaria. Nos hablan de los problemas de un tiempo que, de alguna manera, siguen siendo también los problemas de nuestro tiempo y lo hacen con una lucidez a la que no estamos acostumbrados. Barrett, el gran escritor español desconocido en España hasta tiempos recientes, nos sigue enriqueciendo y deslumbrando.