El miedo acostumbra a definirse como una intensa sensación desagradable ante la percepción de un posible peligro. Aquí el peligro es imperceptible pero lo desagradable e intenso lo convalidan, no sé si me explico, vamos, que es un poco terror en plan el máster de Pablo Casado. Vaya, que no se me asuste, salvo que sea usted melindroso y le impresionen genitales, deyecciones y zupias, ahí sí, échese a temblar porque en este tebeo no hay rincón sin chorongo ni esquina sin lefazo.