Naneta recuerda que, con ocho añitos, era una niña con mucho carácter. Naneta recuerda que, con ocho añitos, su madre la llevó a casa del abuelo Emilio, y que allí tuvo que aprender la vida en el campo... ¡y era mucho trabajo! En aquel entonces aún la llamaban Marieta, la niña de la ciudad, a quien había que enseñarselo todo: ordeñar, llevar zuecos, recoger la fruta, coser, vigilar el rebaño de cabras...
Ya ha terminado el verano y, ahora que Marieta ha encontrado un hogar en el campo, con sus abuelos y su tía, toca prepararse para entrar al cole. No es fácil levantarse tan pronto para ir a la escuela del pueblo y hacer los deberes tan tarde, después de haberse ocupado de la granja. Marieta se encuentra un poco perdida en el camino, sin sus padres cerca. Una suerte que sus nuevos amigos, Blanquita, Juanito y Jaime, la acompañan en las rutas a través del campo.
¡Naneta, ahora una abuelita muy graciosa, recuerda esta epoca decisiva con mucho cariño!
"Cuando era pequeña, tuve que aprenderlo todo, ¡hasta a hacer novillos!"