En De padres a hijos, Jeffrey Brown enlaza tres generaciones de su propia familia: la de su padre, pastor protestante; la suya propia, rebosante de dudas, y la de su pequeño hijo Oscar, con un mundo todavía por descubrir. Lentamente, y sirviéndose de sus propios recuerdos como hilo conductor, compone un caleidoscopio de respuestas a las grandes cuestiones de la humanidad: la vida y la muerte, la familia y la fe, y la búsqueda de algo más allá de uno mismo.