Estambul es Bizancio, es Asia y es Europa, la tierra y el mar, los meze y las ricas sopas, los pilaf omnipresentes, una salsa de yogur o unas hojuelas de guindilla, pinchos de carne o de pescado marinado, un simit, un börek, un dürüm bien fresco, dulces baklava y el almíbar, recetas clásicas y otras actualizadas, es lo antiguo y lo nuevo. Es un cóctel de raki en una terraza, frente al Bósforo. ¿Acaso hay algo mejor?