El «Libro I» de elegías de Teognis constituye la mayor parte de su obra y, por decirlo de alguna manera, el Teognis más genuino. La suya es una poesía para recitar en el banquete, institución social fundamental para entender el pensamiento aristocrático de la época. Pero sus elegías, dedicadas al joven Cirno, tienen también un indudable valor educativo y gnómico, que resume el código de valores de una clase social ya en declive: la aristocracia. El mundo que plasma Teognis es un mundo de "buenos" y "malos", donde los primeros se asocian a una clase superior, mientras que los segundos son la clase baja, que se convierte en una advenediza del poder. El «Libro I» de elegías de Teognis es el notario de este mundo en conflicto.