Político comprometido, hábil orador, abogado y filósofo, Cicerón (106-43 a.C.) fue uno de los intelectuales y pensadores más influyentes de toda la latinidad. Imbuido de las ideas filosóficas del estoicismo, creyó firmemente en un principio divino que justifica la propia existencia del mundo y sirve de pauta para la conducta moral del género humano. "Sobre los deberes" fue concebido como una larga epístola dirigida a su hijo Marco, a quien hace partícipe de sus propias convicciones éticas. Así, el conocimiento de las cuatro virtudes cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza) debe llevar implícita una serie de compromisos personales y sociales: la honestidad como pauta de conducta vital, la solidaridad como exigencia de la pertenencia a una comunidad social, y la participación activa y militante en la vida política de la ciudad.
Traducción e introducción de José Guillén Cabañero