Tucídides (h. 460 a. C. - c. 399 a. C.) fue un observador privilegiado de la Guerra del Peloponeso (431 a.
C. - 404 a. C.), en la que intervino directamente como militar. Él mismo ya se dio cuenta de que la magnitud del
conflicto iba a cambiar para siempre el destino de la civilización helena y, por ello, quiso dejar una crónica del
conflicto en el que se enfrentaron dos bandos: la Liga de Delos, al frente de la cual estaba Atenas, y la Liga del
Peloponeso, liderada por Esparta. Con un estilo riguroso y preciso, Tucídides intentó reflejar con fidelidad los
diferentes episodios bélicos en su obra, así como también pretendió ser siempre objetivo a la hora de exponer y
examinar los datos y las motivaciones de cada uno de los contendientes, estableciendo de este modo una metodología de
trabajo que en adelante se utilizaría en historiografía. Una ejemplar muestra de su prosa analítica es precisamente La
expedición a Sicilia, la historia que se considera de manera casi unánime la máxima expresión de su arte narrativo.