El escritor griego Pausanias vivió en el siglo II d. C., es decir, en uno de los momentos de mayor
esplendor y dominio romano sobre el Mediterráneo. Ante esta abrumadora evidencia, Pausanias se unió a la corriente de
quienes querían contribuir a conservar el alto estatus que la lengua y la cultura griegas aún poseían, pero que
empezaban a perder. Desde esa concepción patriótica hay que entender la obra de Pausanias que, dividida en diez libros,
se conoce globalmente como Descripción de Grecia. Lo que nos ofrece el autor griego es una serie de lo que modernamente
llamaríamos guías de viajes, aunque en ellas no se limita a recitar un monótono catálogo de espacios y monumentos, sino
que va mucho más allá. Preocupado por ofrecer textos amenos, Pausanias concibe sus páginas como piezas de valor
literario en las que ofrece una descripción cuidada de numerosos lugares y que se ve enriquecida en muchos casos con
mitos e historias relacionados con ellos. En ese contexto se inscribe su libro Ática y Megáride, en el que, siguiendo
un itinerario marcado, Pausanias despliega ante nuestros ojos estas dos importantes regiones de la Grecia continental,
describiéndolas físicamente, pero también haciéndonos partícipes de su historia y su cultura.