Los libros que se reúnen en este volumen (L-LX) de Dion Casio abarcan desde los preparativos de la batalla
de Accio hasta mediados del reinado de Augusto. Aunque su estado de conservación es muy desigual, afectando el
deterioro especialmente a libros más recientes, lo cierto es que los libros dedicados a Augusto, íntegros casi en su
totalidad, se convierten en la fuente de información más valiosa para el proceso que terminó con la República romana e
instauró el Imperio. A pesar de la importancia del periodo, apenas han sobrevivido relatos continuados del reinado de
Augusto, salvo Suetonio. A la historia del reino, por donde pululan incontables personajes de la corte, con sus
intrigas y desvelos, y continuas operaciones militares, se añade el importantísimo libro LII, en el que se desarrolla
el conocido debate entre Agripa y Mecenas. El debate es una ficción literaria pero refleja la concepción que Dion Casio
tenía de imperio romano y las incertidumbres ante la que se encontraba la evolución de la institución imperial a
finales a principios del siglo III. A partir del libro LVII, Dion Casio se convierte en el complemento imprescindible
para Tácito. Por las páginas de Dion pasan Tiberio y sus dudas sobre su propio poder y posición, la locura de Calígula,
ejemplificada tanto en su proyecto de conquista de Britania como en su fantasía de dominar el mar con la aventura del
puente marítimo. Y por último, parte del reinado de Claudio con, ahora sí, la invasión definitiva de la isla atlántica.