Quinto Horacio Flaco (65 a. C. - 8 a. C.) es uno de los más relevantes e influyentes autores de la
Antigüedad. Estudió en Roma y en Atenas, donde entró en contacto con el epicureísmo. Su poesía, reflexiva, alcanza una
extraordinaria perfección formal y plenitud que constituyen la esencia de lo clásico. La colección de diecisiete poemas
breves que conforman sus Epodos toma como referencia la poesía griega de Arquíloco, escrita en yambos, de tono ácido y
plagada de invectivas contra sus contemporáneos, pero Horacio va mucho más allá y nos ofrece innovaciones tanto
rítmicas como temáticas. Además de ingeniosas críticas y ataques a personajes de su tiempo, Horacio muestra una
habilidad asombrosa para desarrollar los asuntos más variados y conferirles el tono justo: desde la simple anécdota
graciosa hasta la más bella exaltación del amor, sin olvidar las composiciones eróticas, los cantos patrióticos o el
famoso epodo que popularizó el tópico del beatus ille en la lírica occidental.