Ensayo que busca descubrir qué pasó con los tres grupos enumerados en el título cuando la sociedad decidió marginarlos con crueldad, apoyándose en «sólidos» argumentos científicos.
Tras la Revolución Francesa, la ciencia racional desplazó al pensamiento subjetivo, coyuntura que aprovecharon sabios y científicos para ofertar sus conocimientos al nuevo poder político (y enseguida económico).
Así, en connivencia con el imperialismo hegemónico y el esclavismo, la ciencia estableció y defendió diferencias entre los propios seres humanos: señalando a algunos como «inferiores» e incurables, y sometiéndoles a la marginación, convertidos en esclavos, excluídos, o eliminados.
Deja al descubierto que emplear la ciencia con fines disgregadores, no es solo un error, sino un crimen masivo.