Los lazos profundos e indestructibles entre un padre y un hijo, capaces de perdurar gracias al poder aglutinante del arte y de la lengua, son el fundamento narrativo de esta novela original y conmovedora.
Ismail, un novelista iraní exiliado en Holanda, recibe por correo el diario de su padre fallecido, un tejedor de alfombras de Arak, región remota y montañosa de la antigua Persia. Nacido sordomudo, Aga Akbar escribió esas páginas utilizando los símbolos de una antigua inscripción cuneiforme grabada en una cueva del monte sagrado del Azafrán hace tres mil años, un hermoso lenguaje desconocido que nadie ha conseguido aún descifrar. Traducir esas notas, reflejo de toda una vida, se convierte en el propósito más ferviente de Ismail, sabedor de que ese diario contiene no sólo el pasado familiar, sino el sentido de su propio presente en el apasionante Irán del siglo xx.