H.P. Lovecraft imaginó un espantoso panteón de deidades, los «Primordiales» o «Grandes Antiguos», con el dios ciego
e idiota Azatoth a la cabeza («una ruina amorfa de absoluta confusión que blasfema y babea en el centro del infinito»),
Yog-Sothoth, Nyarlathotep –el Caos reptante–, Cthulhu
–el morador de las profundidades acuáticas–, y una alucinante caterva de alimañas descarnadas, demacrados nocturnos,
entidades sobrehumanas que pueblan un Cosmos amoral, despiadado e indiferente al insignificante destino del hombre:
el horror abarcaba todo el Universo, visible e invisible.
Poco a poco, amigos y escritores afines fueron agregando
deidades y sistematizando esta espeluznante cáfila, conocida como Los Mitos de Cthulhu: Clark Asthon Smith, escritor californiano amigo de Lovecraft, incluyó a Tsathoggua y a Attach-Nacha; Frank Belknap Long a los Perros de Tíndalos; Henry Kuttner a Nygotha; Derleth a Cthugha, etc.
La presente selección, Nuevos cuentos de los mitos de Cthulhu, incluye las aportaciones hechas a los «mitos» por una segunda generación de escritores de terror, entre los que se encuentran Ramsey Campbell, responsable de la antología, Brian Lumley, Stephen King, además de Lovecraft y Frank Belknap Long.
«Son cuentos, los aquí recopilados, en los que se percibe
claramente la definición más querida por Lovecraft
de los mitos: un resplandor de algo tan inmenso como pueda describirse, aun siendo de origen desconocido».