Estas no son fábulas para
niños, aunque en ellas
aparezcan caballos que
hablan y monos que discuten.
Tampoco son cuentos de
hadas, a pesar de los
duendes, las princesas, los
castillos y los seres
invisibles. Son pequeñas
lecciones morales
desprovistas de moralina y
certeras sátiras de la
estupidez y la crueldad del
hombre en cualquier tiempo y
lugar. También excelentes
manifestaciones del cuento
fantástico, un género que
Robert Louis Stevenson trató
como pocos en obras como Los
ladrones de cadáveres o El
extraño caso del Dr. Jeckyll
y Mr. Hyde. Dotadas de una
atmósfera onírica que en
algún caso prefigura, con
décadas de anticipación, la
estética surrealista, las
Fábulas del genial autor
escocés aciertan a
desentrañar las
peculiaridades del alma
humana y las paradojas de la
existencia, siempre desde
una ironía y una comicidad
radicalmente contemporáneas.
Junto a las fábulas,
que Borges calificó
como "secreta obra maestra",
la presente edición se
completa con dos relatos de
muy distinto signo: "La isla
de las voces", perteneciente
a la etapa samoana de
Stevenson, en la que se
trata el viejo tema del
periplo en pos del
conocimiento; y "Will el del
molino", una historia sobre
las decisiones equivocadas y
el libre albedrío. Menos
conocido que "La isla del
Tesoro" o que "Dr. Jeckyll y
Mr. Hyde", el cuento
de "Will el del molino era
considerado por Henry James
como la obra maestra de
Stevenson, que por su pureza
y simplicidad alcanza la
perfección de una historia
zen.