Poco después de la guerra de
Secesión, un coronel
empobrecido encuentra un
diamante. Para ser exactos
lo que encuentra es una
montaña que es un diamante
macizo. Lo mantiene en
secreto y, explotándolo con
inteligencia, se convierte
en el hombre más rico del
mundo. Retirado en el paraje
recóndito que rodea su
preciosa montaña, construye
un palacio salido de un
cuento de hadas. Allí
procrea en aislamiento y su
progenie crece y se
reproduce. Los pocos
invitados que acceden al
fortificado y diamantino
reducto quedan condenados a
no salir jamás -salvo con
los pies por delante- por
temor a que desvelen el
secreto. Hasta que llega el
jovencito John T. Unger,
orginario de Hades. Ingenuo,
deslumbrado por tanta
riqueza, todo parece indicar
que tampoco él se librara
del aciago destino que le
aguarda, pero a veces el
destino tiene más facetas
que el más grande de los
diamantes...
Scott Fitzgerald nos brinda
en estas páginas una pequeña
obra maestra del relato
satírico, pasado por su
personal tamiz: hace sonreír
a la vez que conmueve e
inquieta.