Kaoutar Haik tenía tan solo 12 años cuando sus padres decidieron casarla por una ridícula suma económica. Desde entonces su vida se convirtió en un infierno. Quería ser libre y decidió huir del patriarcado que impera en la sociedad marroquí. Instalada en Barcelona se vio obligada, durante cuatro años, a vivir en la calle, a robar, a drogarse y a evitar todo tipo de humillaciones y vejaciones. Tras otro matrimonio repleto de malos tratos, y nuevamente separada, ahora es una mujer fuerte de 23 años que ha salido adelante, marcada por una experiencia traumática, pero enfrentada a su propio destino.