María Dolores de Cospedal llegó en 2006 a la presidencia del PP en Castilla-La Mancha con la misión de arrebatar al PSOE uno de sus feudos históricos, y en 2008 a la secretaría general del PP con la misión de preparar a su partido para ganar las elecciones generales de 2012. Ambos objetivos están al alcance de la mano, pero el camino no ha sido fácil ni por los conflictos internos ni por la campaña de acoso socialista.
Su nombramiento tras la derrota de 2008 fue el signo más claro de la renovación que deseaba instalar Mariano Rajoy en las filas de su partido. Acumulaba experiencia en la embajada española en Washington, en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, durante el Gobierno de José María Aznar en los ministerios de Trabajo, Administraciones Públicas e Interior (donde vivió en primer plano, desde Ifema, el 11-M), y posteriormente como consejera de Transportes con Esperanza Aguirre.
Los dos primeros años de su tarea como número dos del PP estuvieron plagados de dificultades hasta lograr visibilizar la unidad de los suyos en torno a un proyecto que las encuestas parecen bendecir.
Todo ello, al tiempo que su vida personal atravesaba momentos buenos y malos sobre los que ella habla poco y de los que se conocían pocos detalles hasta la publicación de este libro: su fallido primer matrimonio, la decisión de ser madre soltera por fecundación in vitro, y su segundo matrimonio, con Ignacio López del Hierro.