La sobrecullida de Barbastro, desde Naval a Mequinenza, y algunas poblaciones próximas de Ribagorza, tuvieron una presencia mudéjar considerable que hasta el momento no ha merecido la atención que merece, al menos en el periodo que abarca este libro, en el que se nos descubren la vida y las actividades social y económica de las poblaciones musulmanas de Naval, Salinas y Enate a los largo del siglo XV y principios del siglo XVI y se aportan datos inéditos e interesantes de Monzón, Alcolea, Albalate y Ripol, y algunos apuntes sobre comunidades y aljamas que fueron importantes, tales como Fraga, Mequinena y Pueyo de Santa Cruz, pero también sobre otros lugares en los que hasta la actualidad no se tenía conocimiento de su población mora en las centurias que abarca el estudio, como San Esteban de Litera, Binaced, Estada, Costean, El Grado y Ubiergo.
Descubrimos un colectivo integrado en la vida de los pueblos en los que formaba parte del concejo junto a los cristianos y judíos y que sufría los mismos problemas y vicisitudes que sus vecinos. Los moros se nos presentan como un grupo muy activo en el campo económico que rompe el tópico del moro campesino y empobrecido para presentarnos un panorama social mucho más diverso y variado, tanto en las poblaciones de mayoría musulmana como en aquellas en las que eran una minoría; el comercio e incluso el préstamo son actividades no ajenas a estos colectivos. Además, en el lugar de Enate, de población exclusivamente musulmana, nos encontramos el único caso en el Altoaragón de supervivencia de una mezquita convertida en templo cristiano tras el bautismo forzoso de los mudéjares en la década de 1520.