a falsa,
más allá de la escalera misteriosa,
donde, a través de las generaciones,
no se sabe si se guardan o se olvidan
los más extraños utensilios.
allí, un día cualquiera,
rechirando sin sentido,
vienen a la mano los viejos cuadernos,
cubiertos de polvo y tiempo,
y un relámpago fugaz me lleva,
a través de otoños y desiertos,
hasta los lejanos amores adolescentes,
el lugar a donde siempre se vuelve,
los trabajos de los antepasados,
el bosque interminable,
indiferentes ángeles,
unos ojos como cielos,
las trascendentales búsquedas del alquimista,
el día que quizá fue domingo,
las huecas tardes de septiembre,
los náufragos del tiempo,
los castillos de cristal
más allá de los mares histéricos,
el hombre que andaba siempre en causas perdidas,
el regreso de la escuela en tardes doradas,
el sentido último de mi eterna odisea.