Diez escritores han asumido el reto de enfrentarse al relato policíaco desde su óptica particular. Sólo les une el denominador común de vivir y escribir desde un mismo territorio, Aragón. Coordinados por el novelista Juan Bolea, el resultado no puede ser más negro. Aquí hay historias de asesinos y de víctimas, crímenes despiadados y venganzas justicieras, narraciones que rozan el terror o que fundamentalmente inciden en el sexo. Algunas las protagoniza la Guardia Civil, otras dejan el peso de la investigación a la Policía, a los detectives privados e incluso a los propios delincuentes. Pero todas muestran una imaginación desbordante que convierte en verosímil la aparición de la Sábana Santa, de un mono que habla el lenguaje de los signos y cocina como un chef o de una farmacéutica que cuando está de guardia se convierte en la mejor confidente del mundo. Un alarde de creatividad al servicio del crimen.