¿Acaso los famosos son intocables? ¿Conforman una casta que vive en una burbuja al margen de los problemas mundanos que nos acogotan al resto? Julián Contreras Ordóñez ha pasado toda su vida a caballo entre el universo del papel cuché y la realidad del resto de los humanos. A ojos de muchas personas, se trata de alguien que jamás ha conocido el esfuerzo del trabajo, padecido sufrimiento alguno ni dificultades y que tuvo la suerte de pertenecer a una de las familias más relevantes de nuestro país. Sin embargo, la fragilidad de los personajes públicos se encuentra a la vuelta de la esquina y cuando aparece puede ser demoledora. Este libro es una buena prueba de ello. Julián se desnuda espiritualmente en unas páginas llenas de crudeza y de asfixia emocional, hasta el punto de confesar haber pensado en el suicidio. Arruinado, desplazado, señalado, adicto a los medicamentos y sin salida: así se vio nuestro protagonista, mientras que a ojos de la inmensa mayoría de españoles no era más que un malcriado. Si se atreve a conocer las miserias que, en ocasiones, puede ocultar la fama en su trastienda y cómo uno de sus elementos más notables consiguió...