Andrea J. Larson escribe unas cartas a su tío Willi, que no es otro que Anselm Grün, uno de los autores religiosos más famosos de nuestro tiempo. Tío y sobrina intercambian sus cartas. Por un lado, la joven madre de tres hijos, que ve en una vida llena de libertades también muchas limitaciones; por otro, el monje ya mayor, que de joven eligió la vida monástica y en la limitación descubrió enormes libertades.
En su diálogo muy personal abordan el amor, la relación, la comunidad, la soledad, la responsabilidad con uno mismo y con el mundo, los descubrimientos y las decepciones, la fe y la duda, en suma, la vida con todas sus facetas. También hablan de la enfermedad y de la muerte. Surge así una imagen fascinante de las posibilidades para una vida lograda.