Publicada en coedición con el Ayuntamiento de Sallent de Gállego, esta obra obtuvo el "VII Premio de Investigación Histórica Villa de Sallent", el cual nació con la vocación de proporcionar medios de información cualificados sobre la historia tensina. Su autor explica cómo el valle de Tena tiene una importante deuda con un activísimo pirineísta francés del siglo XIX, Paul-Édouard Wallon, quien se embarcó en la romántica empresa de cartografiar los altozanos altoaragoneses, desde el río Ara hasta los límites de la provincia de Navarra. Esencialmente desde el año 1872 hasta 1880, Wallon se elevó hasta las mayores prominencias del Alto Gállego -producto de estas campañas de reconocimiento sería el mapa a escala 1:150.000 que presentó en 1884- y terminó por firmar las primeras ascensiones a resaltes tan característicos como Peña Telera, la punta de Bucuesa o las Frondellas, colocando las primeras bases del conocimiento de los últimos recovecos inexplorados de los Pirineos occidentales.