En 1931, entre los encartados por la sublevación de Jaca, se halla Antonio Beltrán «el Esquinazau», uno de los conjurados civiles más próximos a Fermín Galán.
Su figura, potenciada por la máquina propagandística del PCE, del que se hace militante, adquiere dimensiones míticas durante 1938 a raíz de la defensa del valle de Bielsa, que, al frente de la 43ª División republicana, lleva acabo con táctica impecable en la citada zona alto aragonesa. Elegido para cursar estudios militares en la Frunze, permanece en la Unión Soviética hasta el fin de la II Guerra en que cruza clandestinamente Europa y se aposta en Francia, siéndole encomendada por el PCE la dirección del aparato de pasos del Pirineo central en los años de auge de la guerrilla antifranquista, labor que desempeña hasta su ruptura con el partido en1948. Dos años después, es deportado a Córcega por las autoridades francesas bajo la acusación de atentar contra la seguridad del Estado, logrando la anulación de la medida merced a una serie de gestiones, entre las que cabe destacar las llevadas a cabo por el «ministrable» republicano Julio Just. Por cuenta de éste, entonces, se dedica a recomponer la red de pasos fronteriza y presta su apoyo a la instalación de la neonata Radio Libertad. En cumplimiento de instrucciones del gobierno en el exilio viaja más tarde a diversas capitales sudamericanas, siendo abordado en dos ocasiones por funcionarios diplomáticos estadounidenses, contactos que darán pie, andado el tiempo, a una acusación de espionaje por cuenta de la CIA (Prieto). Junto al desarrollo de estos datos, documentados con aportaciones hasta el momento inéditas, muchas de ellas de indudable interés para el historiador, los autores han acertado a ofrecernos, con lanas breves pinceladas ilustrativas de los acontecimientos marco y apreciaciones más bien polémicas, una visión humana del personaje fundamentalmente amena y queda la justa medida de la tragedia vivida por tantos españoles. En este sentido, «el Esquinazau», fallecido en México en 1960, bien puede ser tomado como un símbolo.