El libro que tiene en sus manos pretende traer a la memoria el transcurrir de la vida en el valle de Ordesa cuando las casas de Oliván y Berges acogían a excursionistas y viajeros que llegaban a este soberbio lugar del Alto Aragón. tomando como base una recopilación de textos escritos por sus protagonistas entre 1832 y 1964, intenta captar una foto fija de lo que estas hospederías ofrecían, pero sobre todo compartir las emociones que producía la contemplación del valle, así como conocer a los primeros turistas, ingleses y franceses que a finales del XIX recorrieron el pequeño gran Cañón, a través del rastro que dejaron en el más curioso de los libros de visitas que uno pueda imaginar: una puerta. Por último, trata de evocar las anécdotas y las historias que conservaron entre sus recuerdos las familias Viu y Berges, y desde esas vivencias iniciar un breve viaje por la historia de un parque nacional que es patrimonio de la humanidad y cumple ahora cien años.