Mosen. Historias de curas en el Pirineo Aragonés cierra la trilogía formada por Historias de contrabando… e Historias de maquis… Conservando la misma estructura de los anteriores títulos, esta nueva entrega se sumerge en la figura del cura, o el mosen, omnipresente en la tradición oral de la montaña y en las imágenes del color sepia de otro tiempo, que hoy languidecen en la memoria de los pueblos y sus gentes.
Por el libro pasan personajes sobradamente conocidos como José Maria Leminyana, párroco de Roda de Isábena, que es glosado por Julio Llamazares en un relato en el que recuerda sus desencuentros con el famoso ladrón de obras de arte, Erik “el belga”.
Carlos Castán escribe sobre su tío, el desaparecido Rafael Andolz, Mariano Gistaín de los padres escolapios que marcaron su infancia en Barbastro y Chaime Marcuello de algunos de los curas que de manera más decisiva contribuyeron a consolidar la cultura del Serrablo: Antonio Durán Gudiol, José Pardo Asso y Jesús Auricinea. Destacan también las aportaciones del jaqués Enrique Vicién sobre el capuchino Hermenegildo de Fustiñana; del escolapio Ricardo Mur sobre Mosen Benito Solana, Mosen Miguel Minguez y Feliciano Álvarez y el epílogo que escribe Domingo Buesa dedicado a los curas vinculados a la cultura desde el siglo XVI.
Mosen. Historias de curas en el Pirineo aragonés mezcla el humor con la ironía, la dureza de experiencias vitales con el rigor de la historia, la mirada amable con el ojo crítico. Este libro quiere completar un trabajo de recuperación de la memoria colectiva de la montaña, tan sensible al paso del tiempo y a la fragilidad de los recuerdos. Sólo la letra impresa la puede salvar de las llamas del olvido definitivo.