La iglesia del antiguo monasterio de los Santos Justo y Pastor de Urmella sorprende porque, siendo un monumento de gran calidad, se encuentra en un preocupante estado.
Iniciada la iglesia por los maestros lombardos en las primeras décadas del siglo XI, un infortunio quiso que la obra quedara interrumpida. Convertido el monasterio en un priorato de San Victorián de Sobrarbe, sus nuevos dueños la acabaron como pudieron. Una reforma de 1613 y unos arreglos voluntariosos de 1913 no hicieron sino complicar las cosas.
La publicación de este libro quiere ser el comienzo de un proceso que devuelva a tan noble obra de arte su lugar de honor, pues es el segundo gran monumento románico de La Ribagorza tras Santa María de Obarra.