Desde los años setenta hasta la actualidad, la presencia de activistas etarras en América Latina ha sido
constante. Y lo ha sido de diversas maneras: allí se han instalado pistoleros de la banda huyendo de la presión
policial en España o Francia, allí han llegado deportados por los gobiernos de estos dos países, allí se han refugiado
activistas que pretendían dejar las armas y rehacer su vida y otros que tan sólo buscaban un refugio temporal antes de
volver a la lucha armada. Los primeros miembros de ETA llegaron al continente en la década de 1970 y se establecieron
crecientes colonias en México y Venezuela, pero con el tiempo las ramificaciones se ampliaron a otros países como
Nicaragua, Cuba, Uruguay... Y en esos países los etarras han ido tejiendo una red de relaciones e intereses con grupos
guerrilleros y con algunos gobiernos revolucionarios, se han entrenado y han impartido cursillos a guerrillas locales,
han buscado financiación y protección y hasta han participado en algún secuestro. Florencio Domínguez, doctor en
Comunicación Pública por la Universidad de Navarra, es redactor jefe de la agencia Vasco Press y columnista de La
Vanguardia, El Correo y Diario de Navarra. Es uno de los periodistas que más a fondo ha analizado el fenómeno de ETA,
su historia y sus ramificaciones. Entre los libros que ha dedicado a la organización terrorista destacan De la
negociación a la tregua. ¿El final de ETA?", Dentro de ETA. La vida diaria de los terroristas, Las raíces del miedo,
ETA en Cataluña, Josu Ternera, una vida en ETA y Vidas rotas