Este libro quiere indagar en los mecanismos culturales -ideológicos y políticos, aunque a veces disimulados bajo justificaciones estéticas- que hicieron posible que un autor más del siglo xvii, en concreto el autor de un libro de burlas como "Don Quijote", se convirtiera (oculto metonímicamente detrás de un personaje más famoso) en símbolo de un modo de entender la identidad nacional contrapuesto al que, paralelamente, se iba construyendo en la figura de Calderón. Mediante los instrumentos que proporcionan la teoría de la recepción, los estudios culturales y las nociones clave sobre la identidad nacional -en términos generales y en su aplicación a España- pretendemos aclarar el modo en que Cervantes se ha convertido en monumento de la nación y su participación en la articulación de un nacionalismo español de corte progresista.