"Para que un gusano de seda alcance la vida adulta deben transcurrir, al menos, unos cuarenta días, tantos como poemas se incluyen en esta obra. Para ello ha de pasar por cinco edades (llegada, deseo, ausencia, decepción, locura / pasión) y, después, superar las fases de encapullamiento (desnudez/refugio), crisálida (entra da/metamorfosis) y mariposa (salida). En esta última se produce la transformación completa. Y es que todos estamos sujetos al cambio. Nuestra esencia es siempre la misma pero algo instintivo nos impone una dirección inexcusable que, a veces, nos aleja de aquellos a quienes amamos, de aquello en lo que creímos antes de llegar a ser lo que seamos.
Las ilustraciones, que han realizado varios artistas amigos de la autora (Ana Bergua, Eva Escario, Ignacio Mendiara, José Olmos, Sara Susín e Irene Val), pese a su desconcierto, sin ningún reparto de los textos ni pauta a seguir, salvo la de utilizar el blanco y negro. Así que nada de lo que va a encontrar el lector en estas páginas ha sido premeditado. Pero, al final, todo tiene sentido.
En palabras de María Soledad Catalán, autora del prólogo, Gracias a la expresión natural y precisa, el lector accede al mundo poético de la escritora y sobrepasa las meras apariencias de las realidades cotidianas descritas en los poemas, y que hasta ese momento pasaban inadvertidas. []. La anécdota, a veces trivial, que envuelve a cada uno de ellos encierra las preocupaciones del ser humano: el ser, el existir, el paso del tiempo, el amor, la muerte, la soledad. Y por encima de ellas, la libertad. La libertad es el letimotiv que recorre el poemario. Incita a una princesa muy especial a desmelenarse, a emanciparse, o a construir una casa sin puertas para dejar entrar el viento. O a que o a que del fracaso nos nazcan unas alas. Pero mientras esperamos el prodigio, leamos estos poemas, nos sentiremos mariposas y seremos arrastradas por el puñado de viento que expande Estela en sus versos."