Gadea con su hijo Gonzalo, de once años, emprende desde su ciudad, Jaca, en febrero de 1113, el Camino de Santiago en busca de su esposo Luis, al servicio del rey de Aragón y Navarra, Alfonso I el Batallador. El enfrentamiento y las desavenencias de este monarca con su esposa, Urraca, reina de León, propician nuevos riesgos en el camino, además de los existentes por la abundancia de bandoleros y maleantes. El perro Ebro será su fiel compañero y el reencuentro con Jacques, peregrino francés al que salvaron de morir tras una intensa nevada, un apoyo. Mientras, Luis con su amigo Jaime viven diversas aventuras en León, Astorga, Villafranca del Bierzo y Santiago; y su hija Orosia se verá sometida a las exigencias y maltratos de su prometido Sancho de las que la librará el joven Mateo. Es una novela ambientada en los lugares del camino a comienzos del siglo XII, con aventuras, peligros, dificultades, misterios, donde no falta el amor y una enorme fuerza interior de la protagonista por conseguir su propósito.