La etimología tiene como objeto descubrir el origen de las palabras, es decir, llegar al "etimo", a la "verdad" del verbo. Contemplar una palabra desde su raíz más remota permite aprehender su significado primero. Así, consultar este Diccionario etimológico indoeuropeo de la lengua española da lugar a curiosas averiguaciones -por ejemplo, que trabajar significa "sufrir", o que sarcasmo viene de "sacar la sangre a uno"- que arrojan nuevas luces sobre términos cuyo significado creíamos conocer en su plenitud. Una de las grandes novedades de esta obra consiste en presentar las voces agrupadas en familias con un origen etimológico común, lo que permite comprobar de un vistazo los préstamos que el español ha tomado de otras lenguas: del germánico, términos bélicos; del francés, términos de artillería; del persa, textiles y colores, etc. Otra aportación notable consiste en incorporar las palabras españolas de origen árabe (lengua no indoeuropea) que éste ha heredado a su vez del persa, indio, griego y otras lenguas indoeuropeas. Confirmar el dinamismo de las palabras, de las lenguas y de las civilizaciones es, en definitiva, el fruto de este trabajo, "un berenjenal de mucha ciencia y sabiduría", como advierte Camilo José Cela en su prólogo.