Cuando miras aquella fotografía del periódico o entras en Internet para buscar la aplicación de mapas de Google no te queda ninguna duda de que es él, el profesor español experto en Twain, el hombre de la sierra del mármol blanco en Almería, el autor del cuadernito de tapas negras que recorre conmigo esta carretera hacia el estado de Maine… La imagen de la casa museo de Mark Twain en Hartford, Connecticut, muestra una figura escondiendo algo junto a la ventana de la biblioteca. Es la única imagen que se tiene del español Ángel Cruz, antes de que desapareciera sin dejar rastro. Lucy, una bibliotecaria de Easthampton, Massachusetts, que acaba de cumplir los treinta, emprende un viaje hasta Bar Harbor, en el vecino estado de Maine, para inaugurar un encuentro literario sobre Mark Twain. Ella es la que recibió al profesor Cruz y lo acompañó durante su estancia americana. Ahora tiene dos días de viaje para repasar esa visita y dejar al descubierto la profunda influencia que ha tenido sobre ella esa experiencia. En esta novela, Mariano de Meer te va a embarcar en este viaje para que tomes asiento junto a Lucy y con ella descubras, sobre el asfalto y bajo la lluvia, lo que ocurrió dos meses atrás. Acomódate en el asiento del copiloto, con cuidado de no sentarte encima del libro de citas de Mark Twain, un cuaderno de tapas negras regado de anotaciones y frases del escritor y humorista americano que, como esta que sigue, van a acompañarte durante toda la novela: “conoce primero los hechos y luego distorsiónalos cuanto quieras”. En este recorrido de verdades y silencios, de nítidos recuerdos e imágenes desenfocadas, te verás sorprendido por un torrente de sentimientos del que no hay forma de protegerse. Tú tampoco escaparás de la lluvia. Y tendrás que mojarte y descubrir al final qué es lo que para ti significa mi cita con Mark Twain.