El protagonismo del arte, la cultura, el derecho y la comunicación integrados a una ciencia impregnada de humanismo son los pilares fundamentales para acompañar al individuo en el proceso de crecimiento, en su educación, en su reeducación en los procesos terapéuticos de rehabilitación y reinserción.
El arte excede, transgrede, llega a una instancia de uno mismo donde se encuentran los misterios, el dolor y la liberación del pesar, la rabia, la desesperación, el anhelo y la esperanza. Negar lo biológico no es prudente pues es un componente del ser humano por naturaleza.
La modalidad de enfermar está ligada a la cultura, el derecho y la comunicación. El modelo social con menor desarrollo espiritual en relación a otros momentos históricos, se presenta impregnado de materialismo y tecnológicamente avanzado. Dicta en consecuencia modelos que bloquean y esto hace que a veces enferme. No se trata de renegar contra la modernidad sino integrarla para colaborar con el individuo; brindarle elementos a éste de cómo utilizarla en beneficio de un crecimiento sano. Una ciencia despojada de humanismo y que reniega de su historia no acompaña al individuo en su crecimiento sino colabora a que enferma. El arte integrado a un equipo interdisciplinario se presenta con un conjunto de elementos para colaborar a ofrecer un servicio que coadyuve a su felicidad.